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La dupla de Qatar parece haberse convertido en la gran favorita para ganar el oro olímpico del vóleibol de playa masculino, pero su derrota en el primer set del partido de octavos de final en el Parque Shiokaze por 21-14 no pareció nada extraño. Es que del otro lado de la red estaban Nick Lucena y Phil Dalhausser, para quienes vencer a cualquiera del mundo por un margen de siete puntos no es nada fuera de lo común.

Sin embargo, cuando Cherif Younousse y Ahmed Tijan comenzaron a encontrar su camino de regreso al partido y fueron acercándose a la victoria, surgió una preocupación. ¿Había llegado el momento? ¿Sería este el último partido de estas dos leyendas estadounidenses?

“A nivel internacional, seguro”, confirmó Dalhausser en la zona mixta inmediatamente después del encuentro. “Mi esposa se divorciaría de mí si siguiera jugando. Amo este deporte. ¡Me ha dado tanto! Pero creo que es momento de seguir adelante, de tratar de pasar más tiempo con mi familia. Un día, estaba en mi habitación pensando: ‘Voy a hacer la cuenta de cuánto tiempo he estado lejos de mi familia’. Me di cuenta de que me perdí como un año y medio de la vida de mis hijos. Es algo que nunca voy a recuperar. Todavía son bastante jóvenes, siete y ocho años, así que puedo estar con ellos un poco más.”

Phil Dalhausser says goodbye to international beach volleyball

Phil Dalhausser says goodbye to international beach volleyball

“Estoy tratando de digerir el hecho de que probablemente este haya sido el último partido internacional que disputamos y lo agradecido que estoy de poder jugar con alguien tan grandioso como Phil”, confesó Lucena a Volleyball World.

Nadie sabe si hubo lágrimas detrás de las gafas de sol de Nick en ese momento, pero definitivamente fue un momento emotivo para todos los presentes.

A la edad de 41 años, el bloqueador de 2,06 metros Phil Dalhausser deja atrás cuatro participaciones olímpicas, coronadas con un oro en Beijing 2008 junto a Todd Rogers. En el Campeonato Mundial FIVB de Vóleibol de Playa, la dupla ganó el título en 2007 y el bronce en 2009. En 2010, fueron campeones de temporada en el Circuito Mundial FIVB. En su carrera en el Circuito Mundial, Dalhausser acumula un impresionante total de 36 medallas de oro, 16 de plata y 13 de bronce, además de su brillante longevidad en el prestigioso circuito nacional de los Estados Unidos, en donde los registros muestran 60 medallas de oro, 23 de plata y 22 de bronce con su nombre.

Lucena y Dalhausser unieron fuerzas en 2015 y han sido compañeros desde entonces. Como equipo, ganaron nueve medallas de oro, siete de plata y tres de bronce en el Circuito Mundial.

Nick Lucena in Olympic action

Nick Lucena in Olympic action

También con 41 años, Lucena recordó la época en que se metieron en el vóleibol de playa, casi dos décadas atrás.

“No teníamos ningún derecho de hacer lo que hemos estado haciendo estos últimos 18 años”, dijo. “Teníamos 23 años (“éramos dos tontos”, intervino Dalhausser) dando vueltas sin hacer nada. Sin habilidades para el mundo real. Éramos maestros suplentes y dijimos ‘vamos a darle una oportunidad a esto del vóleibol’.”

Entonces, Nick lo señaló a Phil y dijo: “¡Cuatro veces olímpico! Pude estar con él en dos de esos Juegos. No he tenido tiempo de reflexionar. Estuve tratando de mantenerme en el presente, ¡pero estoy muy agradecido! Agradecido por el lugar al que nos ha llevado el vóleibol. No puedo explicarlo. Dos chicos de Florida, que no crecieron en el deporte, ahora están aquí hablando con ustedes sobre vóleibol de playa. ¡Es genial!”

“Durante los veranos jugábamos al vóleibol de marzo a septiembre, viajando de punta a punta por la Costa Este y hasta California”, agregó Dalhausser. “Y en invierno necesitábamos hacer dinero: maestros suplentes, pintar, cualquier cosa que pudiéramos hacer para ganar un par de dólares.”

Dalhausser spikes

Dalhausser spikes

Viajaron a Tokio para llegar más lejos que los mejores 16, pero las cosas no salieron como esperaban.

“Entrenamos para estar en posición de ganar el torneo, pero nos tocó una mala mano”, explicó Lucena. “Phil está saliendo hoy de la cuarentena. ¡En un momento fantástico! No puedes prepararte para estar en aislamiento y no poder hacer la rutina que has hecho durante toda tu carrera. Estoy orgulloso de cómo competimos hoy y en el torneo. Creo que jugamos bien. Enfrentamos a equipos duros. Y creo que hoy jugamos lo suficientemente bien como para ganar, pero ellos jugaron un poco mejor.”

“Es difícil, porque siento que estaba jugando muy bien al llegar aquí. Toda la situación simplemente no fue la ideal”, resumió Dalhausser.

Phil Dalhausser

Phil Dalhausser

Sin embargo, como lo hacen los grandes atletas, prefieren dejar la escena con gracia, no con excusas, por lo que dieron crédito a Cherif y Ahmed por derrotarlos en la arena olímpica.

“¡Me saco el sombrero con Qatar! Son un gran equipo”, exclamó Lucena. “Pero vamos a tomar un poco de crédito, porque se entrenaron con nosotros por unas cuatro semanas antes de los Juegos, así que los moldeamos un poco. Ahora los estamos soltando y les va a ir bien. Creo que nosotros jugamos bien; sólo un par de jugadas no fueron para nuestro lado. El primer set fue una prueba de carácter para ellos: no muchos equipos los han vencido con esa diferencia.”

Hats off!

Hats off!

“Fue un entrenamiento de confianza. Los ayudamos a construir su confianza y nos salió el tiro por la culata”, añadió Dalhausser. “Son los mejores del mundo en este momento. Llegaron a cinco finales. ¡Es impresionante! Simplemente son un equipo sólido, sin fisuras. Los dos son buenos jugadores, favoritos para el oro sin dudas.”

Dalhausser deja la alta competencia de vóleibol de playa agradecido por todo lo que le ha brindado, pero no dejará del todo atrás el deporte y está listo para empezar a retribuir.

“Tengo un pequeño club de vóleibol de playa en el que entrenamos a niños. Quiero devolverle al deporte lo que me ha dado y tratar de que crezca en Orlando”, contó. “De hecho, me divierto mucho, especialmente con los más pequeños, de 11, 12, 13 años. Me gusta desafiarlos, confrontarlos y hablarles mal, y ellos me lo devuelven. No estoy seguro de si se supone que eso deba pasar, no me he dado cuenta de eso. Pero durante casi 20 años he usado mi cuerpo para ganarme la vida. Ahora quiero usar la cabeza, el cerebro. Tengo algunas cosas que me gusta hacer y ojalá se transformen en una forma de vida.”

The end of an era

The end of an era